Ayer tarde fue un día importante para mí. Recibí el primer premio por un relato breve que presenté a un concurso en el Colegio Oficial de Docentes de Madrid, se publicó en el Boletín de la misma institución un artículo mío sobre el legado de Paulo Freire, y una recensión sobre mi libro (el publicado en 2007, sobre la Enseñanza utópica que todavía hoy sigue siéndolo) y se publicó también un artículo con una entrevista en el Periódico vecinal de Hortaleza, mi barrio, con información sobre mis ideas pedagógicas, mi libro, la posibilidad de adquirirlo por múltiples vías, etc. y un enlace a mi blog. Y además, las tareas en las que estaba (y estoy) empeñada para dar empuje y relevancia a la pedagogía en el seno del Colegio de Docentes, se beneficiaron de un encuentro que tuve allí con una persona decisiva para abrirme caminos, que hasta ese momento estaban un poco atascados por la logística y la burocracia. Con todo ello, mi obligación y mi placer hoy coinciden: me apresto a trabajar en el empeño profesional de potenciar la pedagogía como una disciplina esencial, y me decido a seguir los caminos de la literatura, con la ilusión de convertirme en una escritora digna de tal nombre. Francamente, creo que no está mal, y doy gracias por el apoyo y el afecto que me brindan amigos y familiares en esta nueva etapa de mi vida, prometiéndoles que no voy a defraudarles, al menos en el empeño…con el éxito no puedo hacer apuestas…¡Abrazos on line!